Cesto de mimbre rectangular con forro de encaje 46x33x56cm Medidas: Pequeño: 37x27x47 cm Grande: 46x33x56 cm Características: Línea de mimbre Nuestras líneas de mimbre provienen todas de la rama de salix viminalis que luego se trenza para la producción de varios objetos de uso común, como cestas simples o sillas o incluso refinados complementos de decoración. Historia: El arte de tejer mimbre es muy antiguo y extendido. Comienza con los griegos y romanos que construían cestas, recipientes y escudos muy resistentes y luego los revestían con cuero. La fabricación de mimbre continúa en la Edad Media y en la era moderna, y su importancia se demuestra por la formación de corporaciones de este arte; en el siglo Xviii, el cestero italiano se destaca por la finura y el buen gusto de sus productos. Cultivo: Estas plantas se cultivan en suelos frescos, arcillosos, arcilloso-silíceos o arcilloso-calcáreos, en cepas o en capitos, y las ramas se recolectan cada año o cada dos años. La recolección se realiza en primavera (entre marzo y mayo) y en invierno (de noviembre a marzo) mediante una hoz o una sierra. Luego, los mimbre se apilan y los manojos se ponen a remojar en agua preferiblemente corriente y luego se pelan a mano, a máquina o al vapor, luego se dejan secar y se vuelven a agrupar según su longitud. Procesamiento: El mimbre se trabaja siempre torciendo a mano. Para trabajos de lujo que requieren uniformidad de dimensiones, se utiliza el 'dado de medida', un tubo de hierro de 7-8 cm de largo, dentro del cual se deslizan los mimbre. Los de sección gruesa a veces se curvan con un arlequín de hierro o madera, una herramienta en forma de una botella grande con un cuello muy largo. Mantenimiento: Se puede limpiar fácilmente con un cepillo. Si se desea realizar una limpieza más minuciosa del producto, retire el polvo con un cepillo y luego lave solo con agua. Al finalizar el lavado, coloque el producto para que se seque al aire libre, preferiblemente en un lugar que no esté expuesto directamente a los rayos del sol, ya que la exposición prolongada al sol puede afectar la resistencia y la flexibilidad del mimbre.